Este es el que le invita

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Sant Antoni de Calonge, Catalunya, Girona, Spain
Mis padres me nombraron y dieron sus apellidos, marcaba eso mi pasado, pero el presente, el diario vivir fue dándome otros nombres, así que soy Zaquizamí, palabra árabe hispana que significa "el cielo como techo"; también soy Tekisui, la "gota de agua" que horada la piedra; y "El Caminante" según el Libro de las Mutaciones. Pero por sobre todo mi nombre es el que me pondrán cuando me vaya, entonces quizás sea "El que se fue", y eso será suficiente.

sábado, 7 de febrero de 2009

Discrepancias, la espina del rosal.

El ecumenismo, la falsedad.

El picar un poco de aquí y otro de allá, el tratar de tomar lo bueno de cada una de las posiciones solo dará como resultado “lo que quiero oir” y no lo que debo oir. Lo que es bueno para unos es malo para otros, de allí que las verdades son a medias. Para que alguien tenga razón hay otro que no la tiene y ese es el sistema dual.

El hombre ha aceptado vivir en ese estado de dualidad y el próximo paso no podrá ser hacia la unidad, irremediablemente será hacia una trialidad, un tercer punto desde donde se vislumbre la unidad, pero sin ser aún. El nudo, el punto de fusión.

Ese tercer escalón debe ser la fusión de conceptos y no de estos sumados. La adición no es un todo único, sigue siendo una resultante parcial. Parches de algo, pero no el algo completo.  

Las medias verdades, las porciones de verdad, sumadas no hacen a una verdad entera, sigue siendo parte de un todo sin revelar; no resiste a ningún postulado matemático, la verdad no se hace a partir de pedazos de ella, quien tenga por adquisición, por revelación, por experiencia, parte de ella, no podrá nunca adicionarla a otras, no tendrá así la verdad completa. Por ello, tenemos que acceder a ese tercer peldaño y recién desde allí llegar a un todo; mientras tanto solo nos toca “caminar”. Cuando lleguemos al todo el camino tendrá fin.... y habrá que comenzar otro ciclo.

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